De Atardecer.

Ayer intentaba buscar una respuesta, no en las cosas que me rodean, ni en lo que se puede ver a simple vista, la respuesta está en mi, y no me basta con verla, pues hace rato que vengo viéndola, necesito también practicarla, y eso es más difícil, pero hay cosas de las que ya no se pueden huir. entonces me fui a esa búsqueda interior y compre un ticket para ver "evening" la película removió demasiado, claro que no debo dejar de reconocer que es el típico melodrama que a personas que andan un tanto inestables emocionalmente puede removerles mucho, ahora a su favor rescato el reparto que la compone, y los hermosos paisajes, y bellas fotografías. Su protagonista estaba en cama muriendo la película habla de sus recuerdos, lo que me tiene escribiendo aquí es que me hizo recordar los últimos días de mi abuela, esos antes que llegara la primavera.

Mi Abuela, bueno abuelita, se llamaba Luz Mira, a ella me la robó la primavera de 2001, cuando enfermó hice lo posible por que estuviera bien, luego cuando ya la hospitalizaron sólo fui una vez a verla y es que fue muy doloroso verla ahí en esa cama respirando con dificultad sin abrir sus ojos, solo fui una vez y fui a despedirme, porque sabía que no iba a pasar mucho tiempo más de que se fuera a descansar, y claro en momentos así cuando vez a quien amas sufriendo, piensas con mucho dolor, que la muerte será un descanso para ese ser amado.

Mi abuelita ( nunca me dejo decirle abuela, decía que las abuelas eran las desconocidas) jamás se enojaba, vivía al fondo de mi casa ahí tenía una especia de departamento que le permitía conservar su independencia, cada vez que mi papá me castigaba sin televisión, ella me prestaba la de ella, cuando yo no quería comer lo que había cocinado mi mamá le preguntaba a ella que tenía de rico, y siempre por respuesta me decía, come y calla, mujer trabajadora, de campo, de esas que se despiertan para trabajar que sus manos bien toman un hacha para cortar leña o una aguja para remendar calcetines, yo no la conocí madre, solo la conocí abuela dulce cariñosa y consentidora, pero era de aquellas personas que te consienten con amor con caricias, sin lo material, tenía la piel color canela un rostro pequeño y orejas grandes, cada vez que tocaba mis manos me decía que eran de seda, y cada vez que yo las tocas y las siento suaves me acuerdo de ella, confiaba en mi, tenía fe en mi, nunca me he alejado de ella, siempre me decía que debía sonreír más y no andar tan seria.

Cuando salí del cine traía el olor de mi Abuelita mina conmigo, y la invite a caminar por la playa, arena que nunca pisamos juntas, hasta ayer. No sé si esta vez haré bien las cosas, si todo saldrá perfecto como espero, pero en lo que de mi dependa, va a caminar mejor, por que recordé que hay alguien que creyó en mi, y deposito toda su confianza en mi.

Abrazos